Bancos de México emiten resolución tras detectarse moneda apócrifa en sucursal
Dos adultos mayores fueron víctimas de la entrega de billetes falsos por parte del Banco del Bienestar en Mazatlán. Los afectados, de 70 y 74 años, descubrieron la falsificación cuando intentaron realizar compras en un centro comercial y el detector de anomalías alertó a la cajera sobre la moneda apócrifa.
El incidente ocurrió tras el adelanto de pago por la “veda electoral” de los bimestres marzo-abril y mayo-junio. Aunque las víctimas reportaron el problema, la situación se suma a un total de 11 casos similares, según relatos de otros beneficiarios del programa del Bienestar.
Los adultos mayores retiraron su pensión en una ventanilla del Banco del Bienestar en febrero. Al intentar pagar en el centro comercial, se percataron de los billetes falsos. Tras una revisión minuciosa, descubrieron 11 piezas falsificadas y reclamaron en la sucursal bancaria.
El Banco de México confirmó la falsedad de los billetes tras un análisis realizado a través de su Sistema de Autenticación de Moneda. Sin embargo, la resolución del Banco de México negó el reembolso, argumentando que los billetes resultaron falsos o alterados.
Los afectados expresaron sentir vergüenza al ser confrontados en el centro comercial y temer por posibles consecuencias legales. A pesar de ello, acudieron al Banco del Bienestar para reclamar el reembolso, aunque se les informó que el proceso podría tardar hasta seis meses.
Ante la situación, el Banco del Bienestar se ha mantenido hermético, remitiendo a los afectados a las oficinas centrales en Culiacán para obtener más información. La Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos establece los procedimientos para tratar con moneda presuntamente falsa o alterada, aunque en este caso, los afectados se enfrentan a una incertidumbre sobre la recuperación de su dinero.
La entrega de billetes falsos por parte de instituciones financieras genera desconfianza sobre la seguridad y confiabilidad de los servicios bancarios, especialmente para los grupos vulnerables como los adultos mayores. Y esta práctica parece extenderse a diversos puntos de la república mexicana.
